martes, 22 de mayo de 2018

AL ATARDECER



 (Para Jorge) ¡Feliz cumpleaños!

Al atardecer
Insalvables murallas limitan el andar.
Débiles claros-oscuros,
indicadores distintos
marcan nuevos rumbos.

Un otoño tormentoso
asoló el sendero.
Otras huellas transitan tus pasos
por alcanzar la luz de la mañana

Y al llegar Mayo,
(cuando los toros braman
en las praderas),
se abrirán ventanas en la lejana posada.
Y entrará silente
el pícaro duende de las madrugadas.
Y dejará en tus oídos tibios murmullos de
¡Bienaventuranzas!


Lucía Giaquinto

jueves, 1 de marzo de 2018

¡YA BASTA!


¡Ya basta!    
                 
 “¿Cuándo?” -   Fue la pregunta que se repitió varias veces mirando el reloj. Y allí se quedó observando el paso sincronizado de las manecillas, como tratando de encontrar respuestas a esa espera vana que nuevamente golpeaba sus sienes, sumergiéndola en tantas pesadumbres.

¿Seguir esperando? ¿Para qué?, si ya habían pasado por su ventana demasiadas luces y sombras y ninguna trajo a cuestas lo añorado.

Abrió la puerta; las ráfagas del viento invernal la sobrecogieron. Levantó su chalina hasta cubrir medio rostro, apretó el abrigo contra el pecho, y se largó angustiada por el oscuro callejón.

¿Adónde iba? Qué importancia tenía... Tampoco era necesario saber en busca de qué o de quién, cuando ella misma no conocía las respuestas.

Sólo hurgando en su pasado aparecerían aquellos pequeños fantasmas que integraban la trouppe de sus desventuras, y de los cuales  escuchaba  ininterrumpidamente sus lejanas risas.

Caminó apresurada, como si llevara un rumbo definido.

Llegó al río, bajó los peldaños de la escalerilla que la acercaban al agua y se sentó a observar...

¡Ahí estaban! Sobre la plácida quietud: los ojitos claros, las rubias cabelleras, y dos  pequeñas vocecitas  llamándola: “Mamá... Mamá...” 

Y allá fue a buscarlos.

¡Ya basta! No quiso esperar más...


Lucía Giaquinto
De mi libro: "Desde las mutilaciones"